Cuando llega la metamorfosis, la transmutación, esa que en muchas ocasiones no pide permiso ni se hace invitar, simplemente llega.
Cuando algo en la vida da un vuelco y te invita y obliga a dejar de hacer lo que hacías y comenzar a vivir y sentir diferente.
Bueno eso estoy viviendo hoy día.
En esta oportunidad no voy a entrar en detalles de que estoy viviendo pero quiero compartir contigo lo que significa que la vida te enfrente a estos cambios tan abruptos y más aún cuando lo sentimos injusto, nos da pena, rabia pero el paso ya se dio y sólo queda respirar profundo analizar y reflexionar con la mente en calma e intentarlo nuevamente.
El término metamorfosis proviene del latín metamorphosis, que a su vez deriva de un vocablo griego que significa transformación. El sentido más preciso de la palabra, por lo tanto, hace referencia a la mutación, la evolución o el cambio de una cosa que se convierte en otra diferente.
Debo decir que constantemente la vida me desafía a vivir metamorfosis grandes, sin mucho aviso anticipado, supongo que mis maestros, Dios, la pachamama y mis ángeles consideran que soy una persona que puede realizar cambios sin mucha preparación, sin mucho aviso, porque quizás me adapto con algo más de facilidad. Pero te miento si te digo que no me da miedo, que no me aterra. Porque si lo hace, sólo he aprendido a utilizar el miedo como un bello regalo a aprender a poner límites, a cuidarme y a ponerme en primer lugar, en vez de sufrir una paralización.
Llevo unos meses estudiando las emociones, entendiendo que su potencial dura 90 seg, entendiendo que no existen las emociones positivas o negativas que esa categorización sólo proviene del miedo que nos provoca el aprendizaje que nos traen algunas de las emociones, pero ha sido realmente novedoso y transformador comprender que sólo nos traen un nuevo punto de vista, una nueva forma de enfrentar la vida y una linda manera de liberar tanta energía contenida.
Hoy día, me siento en mi escritorio sin saber por dónde comenzar, observo mi hogar y me digo todo tiene un por qué y un para qué; escucho a mis amigos y digo están aquí por algo, veo a mis padres y agradezco que aún están conmigo porque son un tremendo apoyo en mis momentos de crecimientos, abrazo a mis sobrinas y vuelvo a entender que los humanos con los años sólo complicamos la vida, en vez de mirarla con sencillez como los niñxs. Y así con varias de las cosas que van ocurriendo a mi alrededor.
Hoy vivo silenciosamente un proceso de crecimiento importante y dentro de ese proceso está involucrado el soltar, soltar creencias, soltar modos de actuar, soltar a personas, personas muy queridas pero permitir que cada situación, cada circunstancia y cada persona siga su curso en la vida.
Este año ha sido una verdadera revelación, creo cada Octubre, Noviembre y Diciembre, pienso lo mismo de los años, pero cada año me invade más el crecimiento y la sabiduría. El aprender a silenciar mi voz, y a escuchar más. A dejar de aconsejar a otrxs, porque quién soy yo para darte un consejo, pero si soy buena escuchando.
Me he equivocado mucho, me sigo equivocando y tengo la seguridad de que lo seguiré haciendo. Pero cada vez con mayor consciencia, por lo que, intento que sean pequeños, mínimos. No puedo hacerme responsable por los actos de otros y me juzgues por ellos, no me pertenecen, son de esa otra persona que también está viviendo la vida y viviendo sus propios procesos.
Hoy me toca una verdadera metamorfosis y si te lo cuento, no es para que me aconsejes, es para que lo aceptes. Y entiende que tu también vives tus metamorfosis y no debes juzgarlas, sólo acéptalas y vívelas, aprende a fluir con ellas, porque si llegó la otra de transmutar es porque ya aprendiste algo y toca aprender algo nuevo. Abrázala, con miedo, con pena, con rabia, con alegría, pero abrázala y da el paso.
Mi auto-consejo para estos momentos:
Vale, toma agua, para que tu mente lo enfrente de mejor forma, no pienses tanto, permite que ocurra, realiza una limpieza de tu espacio y ordena para que tu exterior esté tan ordenado y limpio como esperas que esté tu mente, dale espacio al corazón aunque cueste, el sabe mucho mejor lo que quieres que tu mente. Vuelve a florecer y para eso conecta con la tierra, deja los dulces, al menos por una temporada para pensar con el corazón, la mente y el estómago en sintonía. Respira profundo y consciente la mayor cantidad de veces al día que puedas. Escucha música de tu agrado y por supuesto, dale la bienvenida al cambio, a la metamorfosis y al crecimiento.
Te invito a que sigas mis redes sociales @sanarte.33, no soy una experta pero doy buenos tips de como trabajar con las emociones que a veces nos consumen y eso nos aterra.
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