"Que tu Super-yo y yo estén en perfecta sintonía y equilibrio"
Si me hubiesen advertido que todo esto iba a suceder, quizás hubiese actuado diferente. Quizás hubiese valorado más algunas situaciones o algunos momentos. Quizás hubiese regaloneado más con mamá o hubiese aprovechado más a mis sobrinos. Quizás si me hubiesen advertido de esto, me hubiese devuelto antes a mi país, hubiese abrazo fuerte a mi abuelo...
Quizás si alguien nos hubiese advertido de esta nueva realidad, no hubiese cambiado en nada lo que hoy estamos viviendo, porque el ser humano tiene esa pequeña idiosincrasia de no creer hasta ver o sentir las cosas, ese boca a boca, no nos sirve para gran parte de nuestro actuar; es más, ese boca a boca sólo sirve para chismes y recetas de bienestar, creo que no para mucho más.
Hoy escribo desde mi superyo y yo; más que mal este tiempo en la vida del mundo vino a ponernos una coma en la historia de todos nosotros. Vino a decirnos “Ok, haz hecho esta vida en la tierra, realmente deseas continuar con esto, o prefieres aprovecharte de la circunstancia para cambiar y hacer otras cosas o ser de otra forma”. Quizás llegó el momento, quizás el Universo nos está dando esa bella oportunidad de tomar finalmente las riendas de nuestra vida y de nuestro que hacer.
Llevo dos meses en donde no salgo de mi casa, no stop, de la casa de mis padres, porque en 27 años que llevo en esta vida, ni siquiera me he atrevido a salir de la casa de mis padres, por millones de argumentos que me invento en la cabeza, -cómo se los diré, a dónde me iré, cómo llegaré a fin de mes, cómo voy a dejar a mis padres… Y muchas razones más que lo único que hacen es auto-sabotear mis inmensas ganas de vivir mi vida a mi forma, agradeciendo todos los valores y gestos que aprendí y me enseñaron en casa, pero ahora viviendo y poniendo mis reglas a mi vida. Escusas en la vida siempre vamos a encontrar para atrasar lo que no queremos ver brotar.
Como escribía, llevo dos meses viviendo el día a día en casa (en casa de papá y mamá), y mi Super-yo quiere ser el primero en expresarse y decir lo difícil que ha sido para él afrontar esto, cambiar rutina, compartir espacios personales con otros, dejar de salir y disfrutar afuera, perder esa libertad de caminar, de ir a la playa, de subir una montaña cuando simplemente queríamos y nos hacíamos un tiempo (porque eso es algo que nunca tenemos “tiempo”), mi super-yo se queja de las personas que siguen dando vueltas por las calles mientras yo sigo encerrada, se molesta con las noticias, con la cantidad de trabajo, con la falta de empatía de las personas, con el internet, se molesta en verdad con todo y por todo, porque mi super-yo está plenamente centrado en mi EGO personal, y en las necesidades que mentalmente creo que son de primera necesidad.
No alcanzó a pasar ni un mes y mi YO hace una aparición magnífica, donde vuelve a centrarme en el mal menor, donde todo gira en torno a todo y no en mí, porque mi rol es ser una más con el todo. Y comienzo a entender o a ver las cosas diferente.
Trabajo mi paciencia, mi tolerancia, mis ganas de entregar amor y ser un agente de positivismo y no al revés. Y con esto, no me pongo nariz de payaso y me hago la graciosa todo el tiempo, por el contrario me centro en que beneficios tiene para todos el hacer el bien versus el hacer el mal. Intento compartir testimonios de alegría y esperanza, porque entiendo que es lo que nos da luz entre tanta oscuridad.
Mi Yo, me impulsa a querer ver el mejor lado de las cosas y las personas y SOLTAR lo que no me trae beneficios, y aunque a veces me cuesta más de lo que me gustaría, ha sido absolutamente aliviador para mi mente, para mi cuerpo y para mi espíritu mantenerme así. Leo las noticias en lugar de verlas en la televisión, así me informó de lo que realmente mi ser necesita saber hoy, procuro mantener mis prácticas de yoga, escuchando a mi cuerpo que a veces anhela prácticas suaves y más meditativas y otras quiere fuego completo en mi cuerpo y rendirme al savasana de relajación jajaja. Mi Yo, me ha hecho darme cuenta que tengo mucho más, por lo que, agradecer que lo que deseo pedir a diario.
Este tiempo, me ha servido enormemente para calmar mi mente, para ordenar mis impulsos, “ORDENA YOGACONPECAS ORDENA”, prioriza que es más relevante hoy, que me trae más beneficios hoy, que me late más fuerte y así he llegado a entender que soy mucho más de lo que hasta hoy le he mostrado a mis cercanos, a mis colegas y la sociedad entera. Ordenando y priorizando he descubierto que llevo mucho tiempo escribiendo una historia muy ordenada, con comas y puntos finales que a veces no me han gustado y lo he hecho igual. Mi yo hoy día me abraza desde el alma y me dice “esto late fuerte en ti, atrévete y cambia”. Y aunque doy pasos pequeños, son decididos.
Si pudiera contarle a mis hacientes (pacientes), cuanto extraño tenerlos en mi lugar y escucharlos y aportar en sus propios procesos quizás ni me lo creerían, pero lo extraño y anhelo, por eso estudio, porque para trabajar en el rubro de la salud espiritual y mental hay que ser muy profesional, y ha sido un tremendo desafío ponerme a estudiar en tiempos de pandemia, pero estoy dichosa, porque eso late en mi interior, late sanar y sanarme una y otra vez, porque así lo necesitamos, una sanación constante, una concientización constante, un aprender que la impermanencia de la vida nos hace estar sanándonos y amándonos a diario.
Hoy día mi Yo, está dichoso, esta resiliente, está calmo pero activo, está alegre porque está haciendo cosas para el mismo, porque se atrevió a decidir quiénes si entran en este momento a su vida y quienes no, simplemente porque no es el momento, que cosas si son para este tiempo y le aportan (se aportan mutuamente) y cuales no y desde ahí trabaja, desde ese amor y entendimiento de la impermanencia de la vida. Nada es para toda la vida, nadie es para toda una vida. Mantén los ciclos de la vida, entrégate a ellos y disfrútalos. Mi super-yo por su lado, entiende que trabajar con él es fundamental para valorarme y no dejarme opacar, pero entendiendo que no se logra “ser luz, siendo oscuridad o entregando oscuridad a otros”.
Aprende a vivir tu vida, porque mañana nadie podrá contar con detalles mejor que tu todo lo vivido, haz que este momento de crisis mundial, sea un recuerdo importante y único en tu vida, que sea esa coma que necesitabas ponerle, ese respiro, ese aliento, para seguir construyendo y plantando lo que deseas ver florecer con los años.
Hoy me siento como un verdadero bambú, llevo años alargando mis raíces, conectando con las raíces de otros, visualizando el terreno y cuando menos lo esperen ahí estarán saliendo mis primeros brotes como el bambú; Es un desarrollo lento y sustentable, para una sociedad que sigue creyendo y queriendo la inmediatez de las cosas no soy tan provechosa, pero para mí misma y mi proyecto personal de vida es más que suficiente. Estamos en plena era de la revolución digital, época en la que faltan horas al día para hacer y cumplir con nuestras tareas y obligaciones. Busca primero terreno fértil en tu interior, sino caerás por no tener un sistema personal capaz de soportar toda la carga emocional que exige lo mejor de ti. Quizás tu o mi Yo no tardará 7 años como él bambú, pero lo que es claro, que para poder alcanzar lo que queramos, tendremos que tener un objetivo bien definido y asumir el compromiso de desarrollar las competencias necesarias para lograrlo, es la única forma de convertirnos en un milagro de la naturaleza y aumentar nuestro valor al mil por ciento. (para saber más de esto, te invito a leer el libro “la filosofía del bambú.- de Humberto Almonacid Alarcón)
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