Lo realmente valioso es aquello que parece utópico pero que con mucha facilidad nos quita el sueño por las noches.
Cuando me hago esta pregunta vienen varias respuestas automatizadas a mi cerebro rápidamente, ya sea mi familia, tener un trabajo, tener “salud”, tener buenas relaciones y amigos, tener bienes, tener la posibilidad de viajar, tener, tener…
Pero cuando me siento y me pregunto, ¿qué es lo que veo realmente valioso?, aunque quizás no lo entiendas aún; me observo desde lo lejano y digo todo lo perfecto que fue mi creación. Y no desde un ámbito egocéntrico, ni desde mi EGO, que con facilidad quiere salir y acaparar miradas, lo digo desde toda esa sutileza que ha significado mí creación, el estar hoy escribiendo es producto de lo valioso de mi creación.
Puedes confiar en que muy pronto tocaré el tema del EGO en este espacio, para que logremos entender bien porque lo dejo tan fuera. Creo que el EGO es un tema maravilloso y que me da mucho para cuestionar y reflexionar en relación a él. Pero hoy quiero ir a un tema más liviano, más cercano, incluso puede ser más humano.
Realmente es valiosa mi existencia, en sí misma, realmente es valioso esforzarme día a día por descubrir y encontrarme con mi identidad. Por qué siempre nos preguntamos ¿Qué tengo que hacer? Y muy pocas veces nos cuestionamos ¿qué deseo hacer?. Si tan sólo fuéramos más conscientes de nuestro andar, comprenderíamos que la mitad de las cosas que hacemos es porque debemos hacerlas, mientras que la otra mitad se acerca un poco más a este deseo, a este querer real.
“Qué quiero hacer… Quién quiero ser… “
Normalmente en momentos y en circunstancias más adversas el ser humano decide desde el querer, pero una vez envuelto en la rutina olvida rápido este principio y vuelve al tener que…
¿Por qué tan rápido nos desapegamos de lo que mentalmente tenía buen pronóstico? He aquí mis dilemas, desde pequeña siempre deseaba servir incondicionalmente a los demás, eso me costó varias amistades por interés, que en su momento no supe poner límites y que bueno hoy en día ya me perdoné y agradezco haberlo aprendido a temprana edad. En muchas ocasiones me fue más fácil poner a otros por delante de mí, hacer enormes sacrificios, gastar energías que a veces no tenía para cumplir con los otros. Y dónde dejé mi valor.. cuánto llegué a valer yo para otro y por sobre-todo para mí misma.
Nací en una familia con varios hermanos; hermanas mayores y hermano menor, nunca fui buena hablando, mentía con facilidad para ocultar mis errores, para tapar mis miedos, para no dar a entender que también me equivocaba como todos, crecí con miedos, siempre a la sombra de alguien más, de algún hermano, algún amigo, alguna pareja, algún cercano. Era una chiquilla extrovertida pero al mismo tiempo introvertida, me encantaría poder explicarlo de mejor forma pero no sabría como: era muy extrovertida para hacer relaciones con otros, pero muy introvertida en contar de mí, comprenderás que terminaban siendo relaciones bastante superfluo. Siempre alegre, liderando grupos, pero evitando decir que en casa era muy silenciosa casi invisible.
No les voy a mentir que me costó años entender y asimilar que no soy una mujer invisible, simplemente soy diferente y las cualidades que algunos tienen, yo no las tengo y cualidades que yo tengo otros deben trabajar para obtenerlas.
Me tardé años en comprender esto que hoy lo escribo como algo tan obvio, y realmente lo es, pero que me tomó años entenderlo (créeme años). Tengo un potencial único, soy auténtica, tengo un valor especial. Hoy día veo que lo que realmente es valioso, es aferrarme a mi ser, no tener estereotipos; todos mis grandes héroes se equivocan igual que yo, cuando descubría eso, se me desmoronaba un pedazo de mi ser, porque no tenía una imagen de quien seguir siendo y así con el que seguía y el que seguía. Hasta que descubrí que mi valor personal y auténtico vale muchísimo más.
Vuelvo al principio, tenía la certeza de que ayudar a otros era lo que más me gustaba hacer; pero mi autoestima era bastante baja y no me creía capaz de estudiar grandes carreras. Hoy veo cuan equivocada estaba y como hubiese agradecido que un adulto con experiencia en el rubro me hubiese orientado de mejor forma. Hoy día soy profesora, me gusta mucho esta labor, enseñar y seguir aprendiendo día a día, pero mi llamado al servicio sigue quedando en pausa y no satisfecho.
El valor de mis quehaceres va más allá del aula, desde pequeña siempre fui muy observadora, al ser silenciosa aprendí a escuchar mucho y aconsejar poco, y me sigue gustando tanto hacer eso; teniendo en cuenta que hoy día hablo mucho más y quizás escucho un poco menos, pero es cuestión de tiempo para aquietar mis palabras y entregarle más poder a mis oídos, como lo fue desde un principio.
Valioso es lo que a ti te remueve, lo que a ti te eriza la piel, lo que para otros parece utópico pero que a ti te quita el sueño, valioso es aquello por lo que, dejamos los tengo que hacer y comenzamos a construir desde los quiero y deseo. Valioso es levantarme por la mañana y sentir que a pesar de que sigo haciendo esos “tengo” hoy tienen relevancia para lograr los quiero.
Hoy quiero seguir construyéndome, con todas mis cicatrices, con todos mis dolores, con todas las culpas que cargué tanto tiempo, quiero seguir construyéndome porque considero valiosa mi existencia, porque aporta a la vida de otros, porque deseo el cambio, porque creo en las personas y aprendo a juzgar menos.
Veo valioso vivir, que tu vivas es valioso tanto como que viva yo. Nadie ni siquiera uno mismo tiene la facultad de acortar esa vida, simplemente hay que vivirla, para que cuando llegue el instante de hacer los cálculos finales, digamos solo pase por la tierra esta cantidad de años, pero viví en la tierra estos años… No importa si a tus 30, 40 o más años descubres que es tiempo de empezar a vivir porque eres valioso, nunca será realmente tarde para comenzar a vivir. Sólo sonríete amablemente y con compasión y comienza este viaje de valor.
Para que entiendas que lo más valioso, es respirar, inhalar y exhalar es valiosísimo y es nuestra herramienta principal para vivir esta vida que hemos decidido llevar en esta oportunidad.
Mientras tanto, y mientras te cuento que lo que veo valioso es VIVIR, continuo mi camino, aprendiendo de mis errores y amando mi forma de ser, simplemente aceptando que “Vivir es una oportunidad”.
Vivir es la más bella oportunidad de la vida
Lecturas que me acompañan en estos procesos de crecimiento personal: "comer, rezar, amar" (Elizabeth Gilbert), "Sanar el corazón" (Deepak Chopra), "Mis recetas anticáncer" (Dra. Odile Fernández Martínez), "El poder del ahora" (Eckhart Tolle), "Libera tu magia" (Elizabeth Gilbert), "Tres amigos en busca de la Sabiduría" (Christophe Andre, Alexandre Jollien & Matthieu Ricard) y uno de mis favoritos en toda índole, quizás no muy sencillo de leer "El libro tibetano de la vida y de la muerte" (Sogyal Rimpoché).
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