Llevo un par de meses sin darme el tiempo de sentarme a escribir.
Llevo un par de meses también, en dónde dejé de usar mi instagram como herramienta diaria, ahora entro a él de vez en cuando y desde el computador. Creo que en una semana debo entrar 5 minutos y es suficiente tiempo para decirme que gran regalo me hice de auto-conocimiento.
Es bello descubrir que no me tomo selfies para mostrarte cómo me veo, o lo que estoy comiendo o incluso donde estoy. Me tomo fotos para recordar el momento, para uso personal, para no olvidar lo feliz que fue ese día, o ese momento.
El 2021, me ha enseñado mucho en sus primeros 6 meses y una de sus grandes lecciones es que todo aquello que intencionas con positivismo, desapego, alegría, sinceridad y desde el amor, es muy probable que se cumpla.
Si suena como un libro de AUTOAYUDA, pero es verdad.
Mientras estudiaba mi carrera profesional, en la Universidad, siempre me decía una y otra vez, que me encantaría hacer clases para personas universitarias, acompañar ese proceso profesional y educar desde el “Ser persona”, si quizás es un poco fuera de serie para lo que significa ser profesional, que siempre me he imaginado una carrera en el hipódromo donde cada persona quiere ganar su carrera y ser mejor que el resto.
Terminé mi carrera universitaria y ya estaba lista para trabajar, comencé trabajando en un colegio, que hasta el día de hoy sigue enseñándome mucho en relación a quién soy y qué quiero. Hablando de esto, no se si sólo a mi me pasa, pero a veces me gustaría salir corriendo de este trabajo y dedicarme a hacer algo diferente, después lo amo con locura y me siento muy agradecida de tenerlo, después desearía tener un poco más y otras veces un poco menos y así tener tiempos para otros intereses personales y es así cómo la vida da vuelta el calendario un año más y vuelvo a empezar donde mismo terminé.
Llevo varios años trabajando ya en ese lugar, realizando algunos cambios, adaptando algunas cosas, intentando mantener mis intereses por otras cosas, reemplazando horas por aquí y por allá, para no dejar de hacer mis terapias y de ver a mis pacientes.Te aseguro que es agotador, pero sabes qué… Esto comenzó siendo una locura y cada vez se acerca más al estilo de vida que me gusta mantener.
Trabaja muchas horas en el colegio y me permitía poco margen de movimiento con mis otros intereses (terapias, yoga, ¿vida universitaria?). Recordemos que esto comienza con mi interés de trabajar en Universidad.
Considero que los títulos universitarios están un poco sobrevalorados, considero que es fundamental mantenerse activo en educación, independiente de lo que uno decida hacer, pero está sobrevalorado el tener un diplomado, magister o doctorado. No suelo contar que tengo mi magister en Orientación Educacional (por qué nadie sabe para qué me sirve, si casi ya no hay orientadores), que saqué mi master en Coaching y mi maestría en Psicología Holística, tres super títulos que quizás ni yo le doy el valor que “comercialmente” tienen. Y no lo hago, porque considero que mi trabajo y mis resultados deben hablar de mi persona y no cuántos títulos tenga acumulados en una pieza. Y con esto insisto en que si lo hago, es porque lo creo necesario para el rubro en el que me desempeño y no por validarme con ellos por escrito.
Pero volvamos, a principio de año revisando la plataforma de LinkedIn y un poco aburrida de ver tan lejana la opción de unirme un tiempo al rubro universitario, me apareció una publicación que iba a dejar pasar como tantas otras, MENTIRA, la dejé pasar, y Francisco mi pareja me la lee en la noche, con todas las características de la persona que estaban buscando y me dice deberías postular, ambos nos reímos, sabiendo que al no tener “publicaciones, ni nada en línea” la posibilidad de competir con personas que en el papel se ven muchísimo más competentes era una locura. Pero descubrí que las locuras se dan sólo en ciertas ocasiones y le da el sazón necesario a la vida.
Recuerdo que descargué el papeleo completo, un curriculum normativo, en donde ellos te hacían completar con las cosas que ellos querían saber de ti, y no aquello con lo que estás acostumbradx a venderte. A todo esto, suelo postular a trabajaos, para ir viendo que tan vigente me encuentro año a año, en relación al resto de las personas, no por querer, cambiar de trabajo constantemente sino para ver si alguien se interesa por mi forma de manejar el curriculum vitae. A veces me va bien y a veces ni siquiera recibo el visto de vuelta, pero considero que es una buena manía, así que si quieres copiarla no hay problema. Envié mi papeleo con un curriculum vitae, en el que NO había participado de investigaciones importantes, ni tenía publicaciones y donde sólo tenía las ganas de publicar mi tesis, pero que nadie en la institución donde me titulé de magister, sabía que pasos seguían.. Osea en palabras sencillas, era un curriculum un poco pobre para lo que se esperaba de un docente universitario estatal.
Lo envié un domingo, obvio que programado para que llegara el lunes cerca de las 8.00 am.
Recuerdo que apenas puse enviar, sabía que ese era el trabajo para mí, me imaginé a las personas leyendo mi curriculum, como queriendo meterme en sus mentes diciéndoles que yo era la persona indicada para ese cargo, para esa asignatura, para esos estudiantes, para ese momento. Algo decía que venía años anhelando esto, pero que debía adquirir un montón de herramientas para lograrlo, y que los 5 años que llevaba ya trabajando de manera formal y en donde me había mantenido estudiando no eran por nada, comenzaban a dar sus frutos ahora.
A todo esto, dos años antes, en el colegio donde trabajaba, decidí renunciar a unas horas, por el simple hecho de que lo que estaba haciendo, no me estaba llenando al 100%, sentía una gran monotonía y me sentía abrumada de quedarme estancada en eso de por vida, claramente no tenía la emoción que esperaba para mi vida, así que, corté por lo sano, hablé con mi jefe y decidí renunciar a un par de horas, no fue fácil, fue muy cuestionado, juzgado, pero no me arrepiento, las horas que voy a trabajar las hago con gran alegría, planifico pocos cursos pero lo hago bien y esperando mejorar y sobresalir día a día.
La renuncia de esas hora, traía consigo el tomar talleres, clases de yoga, más pacientes, trasladarme de un lugar a otro y terminar reventada la semana. No, no es bueno… NO ES FELICIDAD, NI SALUD. Pero quizás tenía que vivirlo para aprenderlo.
Vuelvo a la historia central, llegó el último día de obtener las respuestas de la Universidad y yo ya me había desapegado del resultado, había dicho “Todo saldrá de acuerdo al plan” y si no era, vendrá una nueva oportunidad, soy una fiel creyente de que todo llega en el momento indicado, por eso creo en el sincronismo, más que en la casualidad.
18.00 pm, suena mi teléfono (un día viernes), recuerdo que había invitado a mi primo a mi hogar y estábamos preparando para el picoteo, cuando contesto y era el director de la carrera de entrenadores deportivos… Churrines al piso, me da un lindo discurso de lo que ellos buscaban para su carrera y los docentes (y tuve sentimientos encontrados, sentí que me diría y hasta aquí llegas o esa sensación de TÚ calzas perfecto, así que bienvenida)... Y así fue, me dio la bienvenida al cuerpo docente, que estaba confiado en mi trabajo, que le pareció atractivo mi curriculum y que tenía buenas referencias de mi persona. La verdad después me estuvo hablando por al menos unos 10 minutos, pero no fui capaz de retener nada más, después de “Bienvenida al cuerpo docente de la Universidad…), realmente aún se me ponen los ojos llorosos al pensar y recordar el momento, nadie jamás podrá comprender mi sentir de ese preciso instante. Fue perfecto.
Quizás realmente piensas que es una exageración, pero para mi significa esfuerzo, perseverancia, estudio, convicción, valentía, oportunidad, credibilidad, confianza, alegría, sincronismo. De aquí en adelante podría contarte la cantidad de sincronismo que ha traído este paso por el mundo universitario, pero no hay necesidad. Sólo decirte que para mi cumpleaños (ahora en Junio), sólo pedí estar estable económicamente, tener salud y seguir cultivando mis relaciones con mis cercanos. A los dos días me llaman para ofrecerme una segunda asignatura y ahora relacionada con prácticas (totalmente acercada a la educación del SER persona).
Consejo de vida: Cuando intenciones piensa bien lo que estás intencionando y para qué lo estás intencionando, el cosmos y el universo escuchan aquello que incluso callamos, pero que quizás con más fuerza anhelamos, no te mentiré que varios se rieron de mí cuando conté que me gustaba el rubro universitario, pero aquí estoy, planificando con esperanza cada clase que doy.
Escucha el doble de lo que dices, estudia, decreta desde el corazón para que así lo entienda el universo, porque desde la avaricia nunca da buenos frutos, se consciente de las semillas que vas plantando, alégrate por los avances de otros, que uno avance, hace que todos avancemos, disfruta tus pequeños pasos y celébralos, lo mereces.
Donde hay amor, ahí es… Aunque a veces se demore más de lo que nos gustaría.
Comments